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La universidad de la vida

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Por Dr. Francisco Cuauhtémoc Frías Castro.

Hace varios años, en el contexto de una campaña política, un líder obrero, expresó que él no tenía título universitario, agregando que se había formado en lo que denominó “Universidad de la vida”. Reflexionando sobre esta expresión, desde luego, la interpreté en distintas maneras; en forma inicial pensé que el personaje político intentó con la frase aludida, justificar ante la sociedad su falta de estudios universitarios, aún cuando el cargo no requería de título académico alguno; después creí que se trataba de colocar el factor experiencia como elemento esencial de quien aspira a ocupar un cargo público; hoy, con el transcurrir de los años, estoy convencido que esa expresión tiene un significado más profundo y de mayor impacto en la formación integral de las personas, incluso sobre la formación académica.


Agrego que para llegar a esta conclusión, lo hago incluyendo en mi personal consideración, la reflexión sobre otra expresión, aludida con cierta frecuencia en el ámbito educativo, sobre todo al estar frente a padres de familia, esta expresión es “el hogar es la primera escuela y esta (la escuela), es el segundo hogar”.

Estoy consciente de que ambas expresiones tienen para cada persona, múltiples interpretaciones, sin embargo, el ámbito de consideración es tan amplio, tanto como el concepto mismo de educación, que solo me ocuparé del que a mi juicio es importante precisar, que es el que se refiere a los “buenos hábitos”.

Sin duda que el término educación es tan amplio y complejo, que incluye los aprendizajes escolares y también los que se adquieren en el hogar y en la convivencia social. El deslinde de cada ámbito no es tarea fácil, mucho menos asunto concluido; dicho lo anterior, cito expresiones que nos ilustran sobre este tema, atribuidas al ex presidente de Uruguay José Mujica, “no le pidamos al docente que arregle los agujeros que hay en el hogar”, agregando, “En la casa se aprende a: saludar, dar las gracias, ser limpio, ser honesto, ser puntual, ser correcto, hablar bien, no decir groserías, respetar a los semejantes, comer con la boca cerrada, no robar, no mentir, cuidar la propiedad y la propiedad ajena, ser organizado y, continúa, en la Escuela se aprende: matemáticas, lenguaje, ciencias, estudios sociales, inglés, geometría y se refuerzan los valores que los padres y madres han inculcado a sus hijos.” Hasta aquí la cita.


En otras palabras, el legado de padre y madre, se sustenta en su propia herencia, recibida de sus progenitores, y es lo que acompaña al concepto “Universidad de la Vida”, siendo tan o más importante que el aprendizaje escolar en la formación de cada persona.


Hoy, el sistema educativo está en el centro del debate nacional respecto de aspectos que poco impactan la calidad educativa, sin ocuparse de la parte del aprendizaje extra escolar, sustancial en la formación de los educandos. Corresponde a padres y madres cumplir con su parte y sentirse graduados de la “Universidad de la vida”.

El autor es Doctor en Derecho con amplia experiencia en el sector público y privado.

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Sabes lo que vale tu dinero, hasta que te dicen que lo perdiste…

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Por Federico Vázquez Elizondo

Los contratos de inversión y negocios de riesgo, no son nuevos; generalmente contienen el ingrediente de “atractivos” rendimientos. Las nuevas propuestas de cripto y su auge, atraen a nuevos jugadores en la apuesta de tener mejores frutos que la banca tradicional de ahorro o de inversión “segura”.

Si te invitan a ser inversionista de un proyecto de alto rendimiento, siempre pregunta por tu contrato, y dentro de las condiciones, revisa el riesgo de perderlo todo, o en su caso, de poder recuperarlo.

Es común escuchar el refrán “el que no arriesga, no gana”, solo agregaría, para arriesgar en la vida, debes haber “entrenado” tus habilidades para reaccionar de inmediato ante el riesgo inminente, eso opera para tus actividades que impliquen un contrato, (incluido el matrimonio, sin “noviar” primero, asumes todos los riesgos).

Lee siempre tus contratos, y si te da flojera, acércate con los profesionales antes de poner en riesgo tu patrimonio.

El autor es Director de Grupo Santa Sofía, cuenta con un Doctorado en Administración Internacional, Maestría en Derecho de las Telecomunicaciones y TICs, así como una Maestría en Derecho de los Negocios.

[email protected]

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Aroeste Inspiración, pasión y creatividad en su Arte

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Por: Vero Maiz

Hace un año tuve la oportunidad en uno de mis tantos viajes de trabajo, a Puerto Vallarta, conocer a una persona que, al principio, la veía introvertida, muy callada, muy seria, pero muy auténtica en todo su ser, desde su forma de vestir, de hablar, de caminar, de actuar e inclusive de opinar.

Esta persona ve las cosas de una forma muy distinta, que uno no se da cuanta hasta que le pone atención, cosas simples, como un árbol, una iguana, unas palmeras, todo a su alrededor gira en torno a una filosofía de vida que me intrigó. Es por esto por lo que quise conocerla, ya que soy una mujer que le encanta la diversidad de pensamientos y opiniones de las personas, no quería dejar de pasar la oportunidad de preguntarle su nombre, y de entablar una conversación con ella, alrededor de mujeres que todas hablaban inglés, la mayoría canadienses y americanas. Me acerque a ella en una reunión de mujeres emprendedoras que se reúnen cada año, los primeros cuatro meses al mes, a pasar el verano en este municipio.

Me presente, y ella se presentó muy humildemente, pues pensaba que, por su excelente inglés, de seguro era extranjera, me dijo “me llamo Miriam Aroeste, mucho gusto”, le dije: ¿Eres Mexicana? Me dijo: “Nací en la ahora llamada Ciudad de México, pero viví 35 años en Vancouver”. Desde ahí comenzamos una relación de amistad que aún conservamos, y nos hablamos y vemos cada que vengo a Puerto Vallarta, ya que ella escogió este hermoso paraíso en la Marina para vivir con su marido y hacer lo que más le apasiona, que es pintar. Yo la verdad, como coleccionista de bajo nivel, ni idea tenía quién era ella en el mundo artístico, aunque uno de mis hobbies es el arte, y me ha encantado siempre, así como también lo he apoyado desde hace más de 20 años, no sabía quién era ella, ni conocía lo que hacía.

Mucho tiempo después me fui dando cuenta de su hermosa personalidad, de su pasión, de su visión, y fue hasta después que me comento que ella pintaba, pero nunca pensé que, después de tantos meses de conocerla y de haber estado en mi departamento infinidad de veces con este personaje, me había encontrado, y así mismo la vida, me la puso para aprender de ella. Fue hasta ahora que me di cuenta de que encontré una aguja en un pajar.

Por su forma tan sencilla de ser, es muy difícil saber la calidad del personaje con el que estaba tratando, pues yo trato a todo mundo por igual. Pero al darme su tarjeta, me puse a investigar en el Internet sobre ella y dije: ¡WOW! Un año de amistad con una mujer tan talentosa, humilde y, además, reconocida mundialmente, ¿en qué mundo vivía?, para no haber sabido esto.

Resulta que Miriam tiene más de 35 años de experiencia en las Artes Visuales, y que no solo pinta como su pasión, pero que es una de las artistas más reconocidas en Canadá, ya que ella fue contratada por uno de los grandes arquitectos en ese país para que le hiciera el arte de sus edificios: Arthur Ericcson, y no solo trabajo para él, sino para muchos desarrolladores, dueños de restaurantes, personalidades de la alta sociedad que le pedían específicamente cuadros hechos a su medida.

Inclusive fue invitada al Bienal de Venecia como VIP, y su opinión influyo en curadores a nivel mundial para invitarla a promover su arte, tanto en Canadá como en Estados Unidos.

Hoy me llamo, y me dijo: “Vero, ¿qué haces?”, le dije vente al departamento, te invito a comer y, como siempre, tuvimos una charla tan fructífera, y fue ahora cuando supe más de ella, porque hace tiempo que me había dado su tarjeta, y empecé a ver sus obras en el internet, y las galerías que la representaban.

Le pregunte ¿qué haces en Vallarta? Si tienes tanto camino recorrido en Canadá y en Estados Unidos, me contesto: “Abriendo brecha, quiero que las personas me reconozcan por mi inspiración, ya que en cada cuadro dejo una parte de mí, y en México no me conocen, y para mi es un reto llegar a la gente que aprecie lo que hago, ya que lo que hago, lo hago con amor, con pasión y con la finalidad de que la persona que compre mi arte sienta eso”.

Quedé anonadada y, por primera vez, entendí que lo que hacemos lo debemos de hacer con amor, sin esperar nada a cambio, ser autentico, ser único no es fácil.

Te invito a que tú también conozcas más de su impresionante arte, y a que también te llenes de inspiración y positivismo ante la creatividad de esta gran artista orgullosamente mexicana.

Su pagina de internet, es: miriamaroeste.com

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Sé una persona positiva y sé optimista

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Por Jorge Cárdenas

Alguna vez escuché la frase, como la del titulo de esta lectura: “Sé una persona positiva y sé optimista”… ¿pero realmente que es ser positivo? ¿acaso ser optimista influye en mejor forma en nuestra vida?


Todos buscamos lo mejor para nosotros pero, ¿que tanto hacemos para cambiar nuestra situación o sencillamente estamos consientes de que nuestra actitud ante la vida puede influir para bien o para mal nuestra existencia?

Primeramente definamos que es “ser positivo” y que es “ser optimista” entonces podremos comprender si son sinónimos o si realmente existe alguna diferencia entre estos dos términos que escuchamos muy a menudo.

Sin entrar en detalles técnicos, esto sería para mi lo que es el ser “positivo”: Es alguien que ve lo agradable del todo, vive y siente el presente, sabe que no todo es perfecto, preciso, pero sin embargo, ve o busca la oportunidad, para aprovecharla y tener un mejor futuro. Tener una mentalidad positiva es sinónimo de fortaleza mental. Es tener flexibilidad y estar consiente que se puede presentar un cambio, un aprendizaje en cada situación, en pro de seguir avanzando, para así lograr el objetivo previamente establecido. Ser positivos es estar consiente que la estabilidad no existe, en cualquier momento se puede presentar el caos, entonces una persona positiva buscará resolver de mejor manera para así convertirlo en experiencia.


Si pudiera mostrar un ejemplo, como arquitecto sería este: Mi cliente me contrata para elaborar su proyecto. Estoy consiente de que puede haber cambios. Tal vez el resultado no será el que como arquitecto haya pensado desde un inicio pero estaré abierto a recibir nuevas opiniones que dentro de mi burbuja de arquitecto no podía ver. Entonces trataré de publicar y promocionar el resultado del proyecto para atraer nuevos prospectos.

En cambio, “ser optimista” es crear expectativas donde todo “está bien”. Se vive en un mundo irreal donde se desea la perfección, donde no ocurra nada no planeado. No existe el “plan b”. Ser optimista no acepta flexibilidad porque -en teoría- todo “saldrá bien”. Todo es cuadrado y no existe el constaste de colores, ni siquiera entre el blanco y el negro, solo desea que sea el tono que lo conforte según sus planes. El optimismo tiene como frontera una línea muy delgada el deseo y la frustración.
Mostrando el mismo ejemplo anterior. “Ser optimista” sería algo así: El cliente quiere un proyecto. Deseo que el cliente acepte mi propuesta. No habrá cambios y el resultado final será tal como me lo imaginé. Siendo optimista, tendré más clientes y todo “saldrá bien”.

Entonces, ¿que actitud debemos tomar ante la vida? “Ser positivo”, “ser optimista” ¿o ambas?
Ambas definitivamente se descarta porque entre los dos términos se contradicen. Ambos actitudes pueden coexistir con apenas rozarse pero sin llegar a mezclarse. Entonces, ¿preferimos vivir en un mundo real o en un mundo de deseos donde todo estará bien? Ambas son actitudes completamente válidas pero la primera te prepara mejor ante la vida. Te crea una armadura mental. Eres un imán para las demás personas. Aun así, nunca criticaré el optimismo, porque alguna vez cada uno de nosotros deseamos que todo “salga bien”. Al fin y al cabo ese es el propósito de nuestra vida: Que al final de nuestro tiempo todo “salga bien” para nosotros y los nuestros.

Me rebota esta frase una y otra vez en mi mente: “Sé una persona positiva y sé optimista”. Trato de ser “positivo” pero evito ser “optimista”. Trato de abrirme al hecho que puedo resolver cada situación conforme se vaya presentando pero intento no hacerme expectativas de cómo pueden suceder las cosas. Entiendo de que no todo “saldrá bien” pero estoy consiente que aprenderé y seré mejor persona para así aprovecharlo en un futuro.

Y tu, ¿quieres “ser positivo” o “ser optimista”?

Jorge Cárdenas

Jorge Cárdenas es arquitecto, fundador y actual director de Diez y Nueve Grados Arquitectos. Empresa dedicada al diseño y construcción de diversos proyectos inmobiliarios. Es egresado de Lic. de Arquitectura en la Universidad Regiomontana.

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